Salvador y el puente (Relato)
Por Edinson Martínez Instagram I Las horas tempranas del nuevo día apenas se deslizan entre la penumbra, las estrellas, como farolitos lejanos, adornan el paisaje de una ciudad que a la distancia duerme serena. Es una ciudad muy grande, ancha y plana, la que se aprecia desde lejos a través de cientos de miles o millones de pequeños puntos luminosos que conforman toda suerte de bombillas eléctricas. A esta hora, el brillo azulado de las aguas del lago junto al resplandor del relámpago del Catatumbo, es un verdadero espectáculo para la vista. En los primeros kilómetros del puente, desde el lado oriental del estuario, la proximidad a las aguas es muy cercana, en cierto modo, semeja un suave y delicado manto que se extiende hasta el infinito apenas movido por una brisa perenne. El frío discreto de la madrugada a punto de fugarse, entra por la ventana del vehículo con el bramido del viento que a ratos aumenta su fuerza. En la radio, una secuencia de tangos, escrupulosamente organizados en b...